La maternidad es un proceso de crisis en todo el amplio sentido de la palabra, que conlleva cambio de piel, cambios en el cuerpo, cambio de estado de mujer a madre y ánimo constante.
El continuo esfuerzo patriarcal por mantener el sometimiento del cuerpo de las mujeres a estrictas revisiones médicas y generar así un control sobre el proceso completo y ¡más allá! También en el puerperio y todo lo que involucra, la lactancia es uno de los pilares puerperales que está altamente teorizado, sin respeto por los ritmos propios de la diada y sometido a estrictos controles horarios muchas veces, hemos escuchado decir por ejemplo «dele 15 minutos por lado, cada 3 horas, de ambas mamas, como si fuera una receta de cocina.
La realidad es distinta y particular, la díada madre/bebé es quién fluye en esa danza nutricia y de conexión, no un control horario, los tiempos son particulares y bendito sea, por suerte! Estereotipos en esta área hay muchos, «si no das lactancia tu bebé se enfermará, de ti depende que tenga buenas defensas» y muchas madres deciden no dar lactancia y está bien!!! No existe un estándar, existen necesidades madre/bebé.
El cuerpo de la mujer sufre un estallido social, cultural, político y médico propio. Su sexualidad se ve afectada y los estereotipos sociales patriarcales no ayudan a «habitar este cuerpo» tras la batalla campal que es ser madres, esto implica coraje, reconstrucción física, mental, psicológica, emocional y espiritual. Implica involucrar agentes protectores de afectos validados por las mujeres recién paridas, ella es quien elige quienes forman ese círculo de hierro, círculo que nutre, contiene, escucha, sostiene, no necesitan consejos arcaicos, ni palabras sobre el cuerpo, el ritmo y la forma de criar, sólo necesitan la presencia nutritiva de quien acompaña y abraza a un nuevo cuerpo que aunque en crisis también encuentra cambio y acción para avanzar.
Ps. Katherine González
Psicóloga Perinatal
Equipo SerMujer