Embarazo y pandemia

El embarazo es una etapa de transformación en el más amplio sentido de la palabra. Las mujeres atravesamos una serie de cambios físicos, hormonales, neuronales, emocionales y de reestructuración de la identidad, que tienen un impacto en su forma de verse a sí mismas y al mundo que las rodea.

Para muchas mujeres, el embarazo y la maternidad aumentan la vulnerabilidad hacia ciertas patologías de la salud mental como: depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación y psicosis. Muchas veces no se reconoce la magnitud del problema, puesto que asociamos los síntomas a una reacción normal de esta etapa del ciclo vital o estos se confunden con ciertas dolencias como fatiga, cefalea, pérdida del apetito y de la energía.

Si a esta vulnerabilidad, le sumamos el estrés psicológico y la ansiedad que la pandemia ha generado sobre las gestantes, podemos ver como es de vital importancia que el enfoque hacia la salud mental materna sea nuestra prioridad.

¿Cuáles son los factores de estrés y ansiedad más frecuentes que hemos podido observar durante el último año en las mujeres embarazadas?

  • miedo a complicar el embarazo y la salud del bebé por contagio de coronavirus
  • falta de red de apoyo
  • falta de ejercicio físico y actividades recreativas
  • incertidumbre de contar o no con un acompañante durante el parto
  • miedo a la posibilidad de que les hagan una cesárea o procedimientos innecesarios
  • temor a la separación de sus bebes recién nacidos
  • estrés familiar de la convivencia continua
  • eventual exposición a violencia de género

De esta manera, se puede observar que el riego del coronavirus y de la pandemia para el embarazo, va más allá de contraer el virus propiamente tal o de las consecuencias físicas que derivan de éste; existe un riesgo asociado al impacto sobre el psiquismo de la mujer y en el de su construcción como madre.

Priorizar la salud mental durante el embarazo significa poner el foco en la prevención y los cuidados, enfocándonos en disponer de las mejores condiciones para que cada mujer, en base a sus propias necesidades y a su contexto familiar específico, se sienta segura, acompañada, sin miedo, contenida y emocionalmente estable.

Lamentablemente no podemos cambiar el contexto de pandemia, la incertidumbre y el encierro, pero podríamos intentar dar un vuelco y tratar de sacar el mejor partido posible a esta experiencia que la vida nos entregó; la cual nos ha concedido más tiempo en casa del que muchos hemos aspirado a tener jamás. Dicho esto, podríamos enfocar la energía en prepararnos de la mejor manera posible para recibir al nuevo integrante de la familia.

Si estás embarazada o acompañas a una mujer en su gestación, tenemos una serie de recomendaciones para que la futura madre se cuide y mitigue el impacto de este contexto adverso:

  • Elegir conscientemente lo que de energía y vitalice, lo que haga sentir bien
  • Evitar sobre exigirse y jerarquizar necesidades
  • Realizar actividades de autocuidado y que generen placer: leer, escuchar música, disfrutar de un té al sol, crear una mini huerta, hacer alguna creación artística, escribir un diario, meditar, tejer, un masaje, cantar, practicar afirmaciones positivas, buscar acompañamiento de tribu online, darse una tina, comer rico y sano, crear un ambiente agradable con velas, olores, música, flores
  • Tener una rutina: levantarse, realizar actividades durante el día y bajar las revoluciones temprano
  • Hacer ejercicio y mantener el movimiento permanentemente hasta el día del parto
  • Descansar y dormir (aunque no sea de corrido)
  • Vincularse con el bebé, conectar con él: hablarle, cantarle, escribirle un diario, una carta, visualizar el parto, etc. No importa las semanas de gestación, nunca es demasiado temprano, ni muy tarde para hacerlo
  • Imaginar cómo será el bebé y la vida con él: fantasear con cómo va a ser su carácter, su carita, cómo seré como madre, cómo me imagino la relación con él
  • Buscar información perinatal: películas, libros, documentales, charlas. Regular el exceso de información!
  • Buscar un momento de encuentro con la pareja: conversar acerca de cómo les gustaría criar, hablar de los deseos y necesidades específicas de cada uno, pensar en cuál será el rol del padre
  • Crear un Plan de Parto considerando los protocolos y restricciones del centro de salud donde se atiendan. Hacerlo aún cuando el escenario sea una cesárea programada. Tener plan A-B y C. Conversarlo con la familia y equipo médico
  • Crear un Plan por si hay separación al momento del nacimiento, tanto como por si el bebé necesita algún tratamiento específico, como si la madre está en un estado en el cual no puede hacerse cargo del bebé. Relevancia del padre o acompañante, el bebé tiene derecho a estar acompañado
  • Crear un Plan de Post Parto: contacto inmediato con el bebé, inicio precoz de la lactancia materna, permitirse fusionar con el bebé y disfrutar del proceso, seguir los ritmos del bebé, contar con redes de apoyo (aún cuando esto signifique hacer temporalmente cambios en las residencias), contar con soporte emocional, planificar la logística del hogar para los primeros meses, división de las tareas, cuidado de hermanos mayores, anticipar compras elementales (pañales, accesorios, comida, etc.), tener comida congelada, permitirse acompañamiento de una tribu online, considerar grupo de apoyo a la lactancia materna, promover actividades de autocuidado dentro de la rutina diaria
  • Limitar las noticias estresantes, sobre todo las relacionadas con la pandemia, seleccionar cantidad y contenido
  • Si hay dificultades que vayan más allá del manejo familiar, es muy importante pedir ayuda a un especialista

Esperamos que puedan tomar algunas de estas recomendaciones en base a lo que más les haga sentido y logren disfrutar de su danza interior.

Camila Parra
Psicóloga Clínica Perinatal
Equipo SerMujer

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