A principios de este año llegó a Chile un virus, COVID-19 o coronavirus como la mayoría lo conocemos. Este virus nos ha obligado a realizar drásticos cambios en nuestras vidas, como el aislamiento social, estar en cuarentena por demasiado tiempo, no salir de nuestras casas a no ser que sea algo “de primera necesidad” y que los niñ@s y jóvenes dejarán de asistir a los colegios y/o jardines . Para algunas madres y padres, sumado a todo lo que significa tener a los niños en casa 24/7, se agregó que debemos trabajar desde casa y con el mismo horario de oficina, o a veces, éste ha aumentado por demanda de las jefaturas que creen que estamos trabajando en casa por opción personal.
El homeschool o la modalidad de estudiar en casa se ha implementado fuertemente ahora en nuestro país, con diferentes formas: clases online, envío de tareas por mail o trabajos artísticos y fotos, etc. Esto ha generado que los cuidadores, quienes intentamos realizar teletrabajo junto con todas las tareas domésticas, debamos estar acompañando/monitoreando el proceso de estudio de nuestros hijos. Esta labor es bastante compleja porque para aprender es necesario tener una disposición para el aprendizaje, una motivación y un ambiente que lo facilite, por lo que la casa, no siempre es el mejor lugar para ello puesto que en la situación actual estamos los padres en casa (algo extraño para ellos porque estamos físicamente pero no tenemos disponibilidad para jugar o hacer actividades), hermano/a(s) (si es que los hay), juguetes, mascotas y miles de otras distracciones para los niños que hacen que el sentarse a estudiar no siempre sea un panorama entretenido o deseado.
Para poder facilitar el estudio en casa es necesario tener presente algunos puntos:
– Antes de comenzar las actividades, satisfacer necesidades básicas como sed, hambre, baño, etc.
– Preparar con anterioridad el material necesario para la clase.
– Tener un espacio de estudio, idealmente un escritorio con pocas distracciones cercas. Si no lo hay, se puede usar la mesa del comedor o cocina o lo que tenga disponible. Si hay que compartirlo, no hay problema, mientras estemos todos realizando labores de trabajo o estudio y mantengamos un orden.
– Que uno de los padres se encuentre disponible para las dudas o consultas que puedan tener los hijos para ser resueltas a la brevedad puesto que si esperan mucho tiempo, se distraerán y será más complejo retomar las tareas.
– Idealmente tener un horario de mañana y/o tarde para las tareas. Evitar estar todo el día en la pantalla en clases. No estamos replicando la jornada escolar.
– Tener momentos de descanso y dispersión, tanto para los niños como para los padres.
– Mantener un registro de las actividades realizadas para poder organizar el trabajo y no saturar todos los días con las mismas actividades. Es importante ir variando las actividades para que se mantenga un interés en los estudiantes.
– Centrarse en los contenidos de estudio y no en la actividad misma. Lo relevante es el contenido y no su forma.
– Si existían rutinas previas, intentar mantenerlas lo más posible. (si a las 17 horas toman leche/once, a las 11 una colación/recreo, etc.)
Además, es importante ir evaluando cómo se van sintiendo los niñ@s y jóvenes con el estudio online, algunos se sienten muy cómodos y tranquilos, para otros es un gran estrés que termina generando mucha frustración y baja de rendimiento, lo que dificulta el proceso de aprendizaje.
Hay que recordar que estamos en cuarentena debido a que estamos viviendo una situación de alta complejidad mundial, una pandemia. Esta noticia, que para algunos es grave y para otros una exageración, genera en los niñ@s, jóvenes y adultos, una pérdida de la estructura y organización que solíamos tener (horarios para levantarnos, para trabajar/estudiar, para comer, para ocio y otros tantos), lo que aumenta la ansiedad, rabia, frustración y/o miedo, puesto que no sabemos lo que sucederá en un futuro, tanto cercano como lejano, todo es muy incierto.
Esta activación de las emociones hace que no sea posible tener una predisposición al estudio o al trabajo, no es flojera o lata, sino que nuestro cerebro nos esta diciendo que estamos en una situación delicada, donde tenemos que estar alertas porque no sabemos qué podría pasar ni cuándo. Esto genera cansancio mental y físico, aumento de la irritabilidad y aumento del estrés; y nos guste o no, todos estamos viviéndolo.
Si su hijo/a no se siente bien realizando las clases online, converse con el/la docente a cargo y coméntele la situación para lograr buscar en conjunto una solución:
– Realizar las actividades y enviar las fotos o trabajos por mail, si es que tiene clases online.
– Disminuir las horas de clases al día, incluso que no tenga actividades académicas por algunos días.
– No realizar actividades escolares formales. Hay muchas formas de aprender en el día a día.
Un factor que está generando mucha ansiedad en todas las familias, es la escasa claridad sobre la continuidad escolar y cómo esto podría afectar el aprendizaje formal, si se “perderá” o no el año escolar, cuánto afectará el aprendizaje de mi hij@ esta falta de clases presenciales, etc. Lamentablemente, esto es algo que no sabremos debido a que es la entidad sanitaria la que irá marcando la pauta sobre cómo seguirá funcionando la sociedad chilena y la educación escolar.
Lo que nos corresponde como cuidadores y padres es intentar mostrarle a nuestros hij@s cómo aprender a lidiar con las situaciones nuevas, estresantes y desafiantes. Nadie sabe cómo se deben vivir las pandemias, qué es mejor de hacer o no, para todos esto es nuevo, por lo que debemos tenernos más paciencia, tratarnos con más cariño, ser más empáticos y cuidarnos, porque ya saldremos de nuevo a “la vida” pero con un gran aprendizaje después de todo lo vivido en estos meses de encierro, como es el disfrutar de pequeñas cosas del día a día, tales como poder almorzar juntos, no tener que levantarnos corriendo en la mañana, poder conversar más tranquilos, ver florecer nuestras plantitas (que algunos sembramos durante la cuarentena), tirarnos al suelo a jugar, andar con ropa cómoda y evaluar cuáles son nuestras reales prioridades en la vida. Por eso es importante dar “más educación socio-emocional y menos educación formal”, como dijo el psicólogo Felipe Lecannelier, especialista en infancia. Es un año distinto que nos obliga a vivirlo de una manera distinta, no luchemos por tratar de hacer como que nada ocurre, todo está ocurriendo y debemos afrontarlo y vivirlo.
Carolina Born Briones
Psicóloga Clínica
Especialista en Salud Mental Infantil.
Foto de Jessica Lewis en Unsplash