La privación del sueño materno y la reactividad emocional

Por la psicóloga Valeria Romero

Vivimos en un mundo acelerado, con múltiples tareas y responsabilidades que muchas veces nos dejan exhaustas al final del día. Esto es especialmente cierto para las madres, quienes desempeñan su rol con dedicación, pero sin tiempos de descanso ni, en muchos casos, reconocimiento. Esta sobrecarga de responsabilidades puede generar altos niveles de ansiedad y estrés, afectando de manera sistemática la calidad del sueño.

¿Cómo afecta la privación del sueño en las emociones?

No dormir lo suficiente impacta directamente en nuestro estado de ánimo. Investigaciones han demostrado que la falta de sueño puede provocar:

  • Irritabilidad y cambios en el estado de ánimo
  • Dificultad para pensar con claridad y tomar decisiones
  • Reacciones desproporcionadas ante situaciones cotidianas
  • Problemas de memoria y dificultades para crear recuerdos
  • Deterioro en las relaciones interpersonales
  • Mayor riesgo de ansiedad y depresión (NHLBI, 2009)

Cuando una persona no ha descansado lo suficiente, su capacidad para regular emociones se ve afectada. Los estímulos negativos generan respuestas exageradas, mientras que los estímulos positivos pierden impacto emocional, lo que contribuye a una percepción más pesimista del entorno.

En el caso de las madres, este fenómeno puede generar una sensación de culpa y frustración por no reaccionar de la manera «correcta» ante su entorno o no sentirse tan felices como esperaban en su maternidad.

La conexión entre el sueño y la regulación emocional

Estudios han demostrado que la amígdala, una región clave en la respuesta emocional, puede volverse hasta 60% más reactiva en individuos privados de sueño. Esta hiperreactividad se asocia con una menor conexión funcional entre la corteza prefrontal medial (responsable de regular emociones) y la amígdala, lo que reduce la capacidad de control emocional.

Además, se ha observado un aumento en la conexión entre la amígdala y el locus ceruleus, una estructura del cerebro que activa el sistema nervioso autónomo (SNA), intensificando las respuestas emocionales y el estado de alerta. Esto explica por qué, cuando dormimos poco, nos sentimos más irritables, ansiosas y sobrecargadas.

¿Por qué sobre reacciono?

Si alguna vez te has preguntado por qué reaccionas con mayor intensidad o te han dicho que estás emocionalmente más sensible, es importante considerar el impacto del sueño en tu bienestar. No es solo un cambio hormonal del puerperio o el impacto de cuidar a un recién nacido; muchas veces, la falta de descanso adecuado es el factor clave.

El sueño es una necesidad fisiológica, no un lujo. Para cuidar a otros, primero debemos asegurarnos de estar bien nosotras mismas.

Pide ayuda sin culpa

Es fundamental que las madres puedan contar con una red de apoyo para garantizar momentos de descanso y recuperación. No hay nada de malo en pedir ayuda. Delegar el cuidado del bebé por un rato no solo beneficia a la madre, sino que también fortalece el vínculo seguro y positivo dentro de la díada.

Si sientes que la falta de sueño está afectando tu bienestar emocional, busca apoyo. Tu salud también es prioridad.

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