La última semana de abril se celebra el Día de las Danzas, la primera semana de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Mental Materna y me parece esencial, a propósito de estas fechas, poder reflexionar acerca del lugar que damos a la cuerpa embarazada y maternante. Me refiero aquí a la importancia que tiene el lenguaje corporal en el proceso de gestación, el nacimiento de la madre y el vínculo madre-bebé así como los aportes que puede dar el movimiento y la danza en el autoconocimiento de las mujeres en una etapa tan radical en términos emocionales, psicológicos y físicos.
El embarazo y la maternidad son quizá las experiencias más “encarnadas” de la vida. Se gesta un cuerpo dentro del cuerpo. El alma se vuelve materia en el bebé que se está gestando y lo que conocíamos como nuestra materia se modifica, crece, se contrae y se expande. Ese que era mi cuerpo, ahora se comparte con otr@, dando pie a una nueva forma de habitar el mundo y con ello, un universo nuevo de emociones y sensaciones.
Muchas veces, no hay palabras para definir qué significa transformarse en madre. Entre los cambios de rol en la familia, la imagen corporal y las emociones enterradas que aparecen vívidamente en este período, el lenguaje parece quedar chico frente a tanto cuerpo y entonces el mundo de lo sensible emerge a veces con fuerza sin saber qué hacer con todo eso. Muchas veces esas emociones se expresan en el cuerpo como señales que necesitan tener un lugar. Por eso el uso terapéutico del movimiento y las danzas puede ser una gran herramienta para poder movilizar y dar cuerpo a aquello que a veces cuesta tanto expresar con la voz, para poder integrarse finalmente en lo senti-pensante.
En este sentido, la Danza Movimiento Terapia aporta desde la vereda de las arteterapias un espacio de integración y crecimiento para expresar aquellas sensaciones y emociones que surgen en los cambios del embarazo y la maternidad que a veces son difíciles de nombrar.
En una sesión de Danza Movimiento Terapia (DMT), no se requiere tener conocimientos previos de danza, sino que se permite al cuerpo expresar lo que siente a través de sus propios movimientos, ritmo y silencios que son únicos ya que cada persona es diferente. La DMT en el embarazo y puerperio se vale de los movimientos, gestos, palabras y dibujos o escritos de las participantes para acompañarlas a explorarse y sentirse, ofreciendo un espacio seguro donde puedan ampliar sus posibilidades expresivas y corporales con el fin de profundizar en su autocuidado y vínculo afectivo mamá-bebé, en el sentido de poder maternar-se para maternar.
Ps. Camila Cavieres
Psicóloga perinatal
Terapeuta en DMT
Bailarina profesional